Tras un exhaustivo proceso en el que participaron funcionarios, académicos estudiantes, egresados y empleadores, la Escuela consiguió que la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) otorgara la re-acreditación de la carrera por siete años. Un reconocimiento a la calidad de la formación en pregrado que mantiene a nuestra Universidad como líder en la formación de psicólogos a nivel nacional. 

Una vez más la carrera de Psicología obtuvo la acreditación máxima por parte de la Comisión Nacional de Acreditación. Logro que viene a corroborar la calidad de la formación en pregrado, y que llega tras un largo y exhaustivo proceso en el que participaron profesores, funcionarios, estudiantes, exalumnos y empleadores. 

“Estamos bien contentos con haber recibido la noticia, porque involucró harto trabajo. Ya en mayo de 2016 comenzamos a planificar todo lo que haríamos para obtener la información y evidencia que nos pedían para la re-acreditación”, dice Valeska Grau, Subdirectora de Pregrado de nuestra Escuela. 

A diferencia de la acreditación que se obtuvo hace siete años atrás, el trabajo involucró un esfuerzo aún mayor porque los informes y formularios solicitados fueron aún más exhaustivos. “No era sólo hacer un update de la acreditación anterior, había que recolectar información nueva. Y, en ese sentido, tratamos de buscar complementos a los datos que ya nos entregaban desde análisis institucional; como el estudio que le encargamos al MIDE sobre los empleadores en relación a cada salida profesional”, dice quien estuvo encargada de liderar este proceso.

El sello de la EPUC 

Uno de los aspectos centrales de las acreditaciones tiene que ver con el plan de estudios, el perfil de egreso, y cómo este se va cumpliendo. Algo que ha sido considerado una de las fortalezas de la carrera, además del amplio campo laboral en el que se pueden desempeñar sus egresados. 

“Si bien es algo que probablemente también está presente en otras escuelas de psicología, hemos hecho un esfuerzo por hacer un perfil de egreso que sea lo suficientemente general para que los estudiantes puedan ejercer en distintos ámbitos. Tenemos cinco salidas profesionales. La salida clínica, laboral y educacional, que son las clásicas; pero también una salida en psicología de la salud y psicología comunitaria, que es algo pionero”, explica Valeska Grau.

Asimismo, otro aspecto que destacó en el proceso fue el rol que se le da a la responsabilidad ética y social en la formación académica, donde los centros que trabajan al alero de la Epuc juegan un rol fundamental. “Nosotros tratamos de tener una aproximación, tanto en la malla, el perfil y en los contenidos, a la psicología basada en evidencia. Obviamente tratar las distintas teorías y la historia de la psicología, pero siempre actualizando nuestros contenidos a lo que dice la evidencia hoy y salir de la psicología más del sentido común. Y, una cosa que siempre fomentamos en los estudiantes, es que la opinión de ellos es algo que va a ser escuchado. Por eso, fomentamos muy fuertemente la responsabilidad social y ética. Y eso es algo que apareció como una gran fortaleza en el proceso de acreditación, y que al tener centros de investigación como el Coes, el MIDE o el Cedeti, que se presentan como lugares para que los estudiantes puedan hacer práctica e investigación; es una manera de la Universidad y de la Escuela de acercarse a la población no académica, a través de los distintos proyectos de servicios que tienen estos centros”.

Nuevos Desafíos 

Finalmente, Valeska señala que uno de los desafíos que quedan planteados luego de este proceso de acreditación es seguir porfundizando en la formación teórico práctica. "Lo que no tiene que ver solo con más prácticas, sino con generar una enseñanza más acorde con la política pública nacional. Ponerle ojo a la priorización de habilidades que estamos haciendo de nuestros estudiantes y trabajar en la reformulación de los talleres. Que es algo bastante único de nuestra formación de pregrado. Ir integrando ahí saberes prácticos con teóricos”.

Además, las nuevas tecnologías y la forma de integrarlas en la formación, es otra de las áreas que a la Escuela le gustaría comenzar a trabajar. “Es algo que hemos conversado entre los profesores y el equipo directivo. El tema de la interdisciplinariedad, de que ahora los estudiantes tienen otras necesidades y que trabajan mucho más a través de las redes sociales… La docencia universitaria no se ha actualizado con las nuevas tecnologías, y hay mucho trabajo por hacer”.