Roberto González, profesor titular de nuestra Escuela de Psicología y director alterno de MIDE UC, presentó el estudio Del pensamiento a la acción: cómo las creencias, la comunidad y la participación ciudadana fomentan el cuidado del medioambiente, que usó los datos obtenidos por la encuesta Foco Ciudadano. Los resultados de la investigación fueron comentados por la periodista Consuelo Saavedra y el exministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga.

El estudio presentado el 27 de junio, y en el que también participaron los investigadores Pablo de Tezanos-Pinto, Claudia Amo, Manuel Cheyre y Sebastián Irarrázaval, exploró la manera en que las disposiciones y creencias individuales, el entorno comunitario, el involucramiento ciudadano y los factores sociodemográficos influyen en las actitudes y comportamientos de los chilenos en materia de protección al medioambiente. Para ello, la encuesta enfrentó a los participantes a dilemas que permitieran medir actitudes pro ambientales y a un cuestionario para determinar la frecuencia con que realizaban conductas orientadas a la protección del medioambiente.

Los resultados de la encuesta -aplicada a 1294 personas de nacionalidad chilena (45% hombres y 55% mujeres), mayores de 18 años, ubicados en las regiones de Antofagasta, Valparaíso, Biobío, La Araucanía y Metropolitana-, permitieron concluir que los chilenos apoyan la protección y conservación del entorno natural por sobre el crecimiento económico del país. Sin embargo, la cantidad de personas que reportó conductas pro ambientales, como reciclar y reducir el consumo eléctrico, es considerablemente menor. El mejor predictor del comportamiento pro ambiental resultó ser la disposición a asumir costos asociados a un estilo de vida orientado a la protección ambiental, seguido por la convicción moral que se siente respecto al cuidado del medioambiente y luego por las normas sociales de cuidado ambiental de la familia y los amigos. En el caso de la actitud pro ambiental frente a dilemas, el mejor predictor resultó ser la percepción de los efectos de la contaminación, seguido de la disposición a asumir costos y el apoyo a movimientos sociales ambientalistas.

Al analizar los factores sociodemográficos, no hubo diferencias entre hombres y mujeres, tanto en sus actitudes como en sus comportamientos pro ambientales. La edad solo resultó ser gravitante en las actitudes pro ambientales, constatándose actitudes pro ambientales más altas en los jóvenes. Adicionalmente, se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los distintos grupos socioeconómicos: los estratos más altos reportaron realizar con mayor frecuencia conductas pro ambientales en comparación a los grupos socioeconómicos más bajos. Esta diferencia no se observó con respecto a las actitudes pro ambientales, puesto que personas de todos los estratos socioeconómicos manifestaron actitudes homogéneamente altas.

Dado que cada región en la que se realizó la encuesta tiene una problemática ambiental específica, hubo diferencias por regiones, siendo la del Biobío donde se observan con mayor frecuencia conductas pro ambientales. Sin embargo, se constata que es Valparaíso la región donde los participantes exhiben más actitudes pro ambientales ante los dilemas presentados.

Finalmente, el estudio advierte que las actitudes y conductas de las personas en relación al cuidado ambiental pueden ser incentivadas a través de la educación en estos temas, el desarrollo de iniciativas comunitarias y el fomento de la participación en instancias ciudadanas.

Al término de la presentación, Consuelo Saavedra comentó los resultados de la encuesta, destacando el rol de los medios en la promoción del cuidado del medioambiente. “Los medios de comunicación estamos en un doble nivel. Por un lado, formamos parte de un entorno social cuando hablamos de cuánto afecta lo que hace tu entorno y, luego, en lo más interno: tu grupo familiar”, dijo la periodista. Asimismo, el exministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, planteó la relevancia del tema en el desarrollo y ejecución de políticas públicas, ejemplificando con el proyecto Hidroaysén la participación ciudadana y la oposición de la mayoría de los chilenos a asumir los costos medioambientales. “Para muchos –señaló Undurraga- la política ambiental es una restricción al crecimiento, no un objetivo. El desafío es que el crecimiento no se asocia al progreso familiar: no hay una imagen objetiva que nos diga qué pasa si no crecemos. En cambio, sí hemos visto fotos y sabemos cómo nos afecta la contaminación en la ciudad o problemas como la sequía; hay una imagen y afectación. Entonces, la tarea de los economistas está en vincular el crecimiento del país a lo cotidiano”, concluyó.

Al término de la actividad, tanto el expositor como los comentaristas participaron de una ronda de preguntas e intercambio de experiencias del público, que abordaron las conclusiones del estudio y las implicancias que se desprenden de él.

Fuente: MIDE UC