Generar espacios de diálogo en las aulas de clases, incentivando la formación de conciencia crítica, y ayudar a derribar prejuicios interculturales, para así crear cohesión social entre adolescentes con una identidad étnica fuertemente arraigada y otros que ven eso como una amenaza, son parte de los desafíos que tendría el proyecto en un contexto intercultural.

Como parte de una iniciativa del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), que está impulsando el desarrollo de proyectos en regiones, los académicos de nuestra Escuela, e investigadores del Centro, Paula Luengo Kanacri, Gloria Jiménez-Moya y Christian Berger, realizaron una visita al Campus Villarrica UC, ocasión en la que dieron a conocer su proyecto Procívico y generaron lazos de colaboración con Gonzalo Valdivieso, Director de Investigación de Campus Villarrica, y Martín Bascopé, académico e investigador de la Facultad de Educación, que podrían permitir su implementación en el contexto regional.

“Estamos comenzando una colaboración con académicos del Campus Villarrica que están interesados en participación ciudadana (…) y justamente nuestro proyecto, de intervención e investigación, pretende mostrar evidencia empíricas para un modelo que promueva comportamientos prosociales y participación ciudadana para la cohesión social desde las aulas de clases”, comentó Paula Luengo, investigadora principal del proyecto, que ya está en su tercer año de realización.

Una de las dimensiones de Procívico, y en la cual se quiere profundizar en una segunda etapa del proyecto, es lo intercultural. Por ello, aclaró la profesora Luengo, es que aplicarlo en la región de la Araucanía es atingente a lo que ya vienen realizando. “Poniéndonos objetivos a futuro quisimos reforzar dos áreas importantes del proyecto: incorporar un componente de educación intercultural y el componente de superación de prejuicios de diferente tipo desde el ámbito escolar. Entonces ahí nos conectamos con Villarrica”.

Durante su estadía en la región, los académicos EPUC presentaron el proyecto, los primeros hallazgos y resultados a estudiantes y académicos de la Facultad de Educación y algunos directores y orientadores de escuelas de la zona que podrían participar en el proyecto. “Nos dimos cuenta de que hubo una sintonía entre lo que queríamos lograr y sus intereses (…) Conversamos sobre porqué es importante la formación de conciencia crítica para un clima democrático, qué implica generar espacios de diálogo en las aulas de clases, crear cohesión social entre adolescentes que tienen una identidad étnica fuertemente arraigada en la cultura mapuche y otros que ven eso como una amenaza”.

En la ocasión también se debatió en torno a los prejuicios interculturales que existen, prejuicios que el proyecto apuntaría a superar o al menos concientizar para que se entienda la existencia de las diferencias en un contexto que busca el pluralismo y la sana convivencia.

Sobre “Procívico”

Paula Luengo es la Investigadora Principal del proyecto Fondecyt regular titulado “Promover la participación cívica y el comportamiento prosocial: evidencias empíricas desde la intervención en contextos escolares”, en el cual son también co-investigadores los profesores Patricio Cumsille y María Loreto Martínez.

La iniciativa la presentó como parte de su propuesta de investigación para el proyecto de reinserción de Conicyt, que la premió junto a otros 30 proyectos, siendo el suyo el único seleccionado de la Universidad Católica y el único del área de Psicología en todo el país.

Interesados en la investigación, los profesores Berger y Jiménez-Moya han también ido aportando desde su experticia en los nuevos desafíos del proyecto. “Gloria ha entregado toda la parte que tiene que ver con la superación del prejuicio social y Christian en el tema de la relación entre pares y redes sociales dentro de un aula de clases”, señala la profesora Luengo.

Durante la primera fase del proyecto se realizaron estudios experimentales, conducidos por la profesora Jiménez-Moya, en los que se encontró que la empatía es un factor clave en la conducta de ayuda, pero tiene efectos diversos en distintos grupos sociales.

En tanto, en la segunda fase del proyecto se aplicó una intervención en ocho escuelas de la Región Metropolitana, específicamente en grupos de alumnos de séptimo básico, encontrando en sus primeros resultados un aumento de los comportamientos prosociales y cómo éstos predisponen a la disminución de los comportamientos agresivos de los alumnos que han participado en el programa de intervención.

A la espera de nuevas mediciones que les permitan ver si los efectos se mantienen a lo largo del tiempo y en qué otros factores hubo un impacto, Paula Luengo comentó que el objetivo es encaminar el proyecto hacia la generación de políticas públicas.

“Queremos probar qué ocurre si toda esta intervención pasa a través de la acción docente, porque hasta ahora hemos trabajado en conjunto, pero queremos ver que pasa sin un equipo de intervención detrás, porque así podríamos generar políticas públicas; y esto, junto con el componente intercultural y de educación no-sexista, es lo que queremos sumar a una segunda etapa del proyecto”, resaltó.